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Que la suerte te acompañe

Bueno, a ver si éste toca. Nos queda la salud. Yo creía que este año sí. Estas son las típicas frases que todo el mundo dice u oye en torno al ya típico Sorteo de Navidad, que mueve a las masas hacia la administración de lotería, se realizan papeletas de todo tipo, de 2€, de 3€, de 5€…con un número, con dos… se intercambian las papeletas de un número por las de otro, y parece que cuando se aproxima la Navidad lo único que nos une es el Sorteo de la Lotería de Navidad, y bueno, hasta hace un par de años, “el Calvo”. Y luego, el gran día, el día del sorteo, todo el mundo se pone a hacer cola en la puerta del (como se llama?) salón, como si por ello tuviesen más posibilidades de pillar un pellizquito.

Parece como si en esas jaulas redondas llenas de pequeñas bolitas se encerrasen nuestros sueños y podamos llegar a rozarlos con las yemas de los dedos, aunque simplemente nuestra posibilidad de que nos toque sea de un 0.0000000001%, pero eso es mucho más que el 0% que teníamos antes. Luego te das cuenta de que no te ha tocado nada, te has dejado más de 100€ en boletos pero aún así, eres feliz porque ¡¡te ha tocado la pedrea!! Y vas feliz a que te devuelvan el dinero para luego gastarlo en el Sorteo del Niño y comenzar de nuevo con el trueque clandestino de boletos, las participaciones a doce, los contactos para conseguir los de Sort… y así año tras año con la esperanza de que algún día una de esas bolitas nos diga: “Sí, tú, el pasmao que lleva toda su vida comprando papelitos con 5 números, te ha tocado. Corre y farda un poco de ser millonario”. Porque, lo queramos o no, lo que nos mueve es poder presumir de dinero y celebrar que, por fin, vamos a tener lo que siempre hemos querido.

Spice Spain!


¿Qué puede hacer que se junten Amor, Boris Izaquirre y cualquier amante del pop más petardo de la década de los noventa aparte del día del Orgullo Gay? Sólo podrían ser las Spice Girls.

O eso diríamos hace tiempo, ahora no nos queda otra que decir que la causante ha sido toda la parafernalia que se han montado para asegurarse un regreso a la altura de las circunstancias. Sí, allí estaba Amor y Boris y toda la bandada de fans formando cola desde primera hora de la mañana para ver cómo el botox es una buena solución a los problemas de la edad y bueno, claro está, para disfrutar de las chicas más picantes.

El concierto empezó a las 21:27 de la noche y, sin lugar a dudas, fue uno de los espectáculos del año: 5 actos donde cantaron los mayores éxitos cosechados durante su intensa vida como grupo, una manada de bailarines que amenizaban la velada con tremendas piruetas y el punto cumbre de la noche: el desfile de Victoria.

Todo aquel que defendía que la spice más pija cantaba se puede dar con un canto en los dientes (yo me incluyo en ese grupo) porque mientras que sus compañeras cantaban un tema de sus respectivas carreras (Emma cantó Maybe, Geri su exitosa versión de It’s Raining Men, Mel B hizo una cover de Lleny Kravitz junto con un fan de entre el público y, por último Mel C (la deportista) nos deleitó con I Turn To You, tanto es así que ya las malas lenguas hablan de playback, cuando todos sabemos que para ser una spice es requisito indispensable saber cantar). Lo dicho, al son de Like a Virgin, Victoria hizo que los fans se volvieran locos al ver a su mayor diva desfilar ropa de Roberto Cavalli (quién diseñó todos los trajes del quinteto, con el fin de quitar la ropa hortera y las etiquetas de pija, coqueta, salvaje, sexy y deportista; idea reforzada con la actuación de Mama, que antes cantaban a sus madres y, ahora, se cantan a sí mismas llevando a sus hijos al escenario). Aunque, por mucho que quieran quitarse las etiquetas, siempre serán conocidas como la pija, la coqueta, la sexy, la salvaje y la deportista, de modo que para seguir dando lo que el público quería, hicieron un revival con el escenario y el vestuario y cada spice se enfundó con su ropa más característica: Gery el modelito con la bandera inglesa, Emma con su vestido rosa, Mel C con sus deportivas Nike, Mel B con el vestido (ahora ceñido) de tigresa y Victoria con su vestido negro que dejaba poco a la imaginación.

En definitiva, tanto antes como ahora, las Spice Girls cosechan éxito haya donde van, y como son las reinas indiscutibles del pop pueden hacer lo que quieran que siempre van a triunfar.


Se estrenó el pasado 19 de diciembre la nueva película de Will Smith, y la gente acude al cine sólo y exclusivamente porque su protagonista es el aclamado actor. Pero, si cuando vas al cine a ver Soy leyenda, te esperas ver una típica película de Will Smith, a lo Yo robot, o si eres más sentimental, parecida a En busca de la felicidad, te equivocas. No es una de esas películas que admires por el guión, la puesta en escena, los efectos especiales y aunque sí por el actor, de ahí que aciertes cuando acudes al cine a ver la nueva de Will Smith, vas a ver a Will Smith, en exclusiva.

El guión no es original, es una mezcla entre Naufrago y Resident Evil, para a quien le sorprenda lo de Naufrago, es muy sencillo cuando en el trailer se oye: "Me llamo Robert Neville. Soy un superviviente que reside en Nueva York. Si hay alguien ahí... cualquiera, que sepas que no estás sólo..." no se equivoca, no hay nadie más en la peli, de ahí que esté en exclusiva Will Smith, y sea muy apropiada decir que vas a ver la nueva película de él. Aunque al igual que en Naufrago, Tom Hanks tiene a “alguien” con quien hablar, como es la pelota Wilson, Robert Neville tiene a una perra pastor alemán, que bien se merece un premio a la mejor interpretación. Sin duda esta intérprete canina es la que aporta algo a este film, un poco insustancial, ya que el argumento como ya he dicho no es nada nuevo: un virus que mata al 98% de la humanidad (idea prestada de Resident Evil), y además los afectados no mueren, tienen como la rabia.



Si os apetece pasar un mal rato, ya que los nervios se ponen a flor de piel, acudir a verla, pero recordar a lo que vais: vais a ver en exclusiva a Will Smith hablando con el mejor amigo que se puede tener: una perra.



Genial. Simplemente genial (hasta las tapas son perfectas).

El Cuento Número Trece es la primera novela de la escritora inglesa Diane Setterfield, que ha cosechado un tremendo éxito en EEUU y Gran Bretaña y parece que en España va a suceder lo mismo.

Se trata de un libro dentro de otro, una anciana escritora pide a una joven librera que redacte sus memorias. Relato de una vida, donde se mezcla el misterio, los secretos, los actos de violencia, el amor prohibido, sentimientos oscuros y extravagantes…

Es una historia cambiante, la escritora orienta el relato para que el lector intente adelantarse, pero en un giro inesperado consigue que todo cambie, que los roles de los personajes se modifiquen. Los buenos se convierten en malos, los secundarios pasan a ser personajes principales, y lo más importante; los sucesos más insignificantes en un primer momento, encierran la verdad.

Son 473 páginas de desconcierto, de suspense, de querer saber más. Y es que no todos los libros poseen esa magia que cautiva al lector desde el principio, que le provoca esa necesidad de devorar páginas, una tras otra, haciendo que éste prácticamente se olvide de sí mismo y se sumerja completamente en la lectura.

Y ante todo este libro es pasión por al literatura, sobre todo por la literatura gótica y las grandes novelas decimonónicas, la Dama de Blanco, Cumbres Borrascosas, Jane Eyre…

Un color que defina esta novela, el verde esmeralda. Un olor, el fuego. Dos palabras, mentira y verdad.